EL MARCOARTE A TRAVÉS DE LOS SIGLOS
Alta edad media, los inicios de un arte
Baja Edad Media, la consolidación
Venecia, ciudad del marco
En esta línea de apogeo del arte, era de esperar que la ciudad italiana de Venecia destacase en todo el siglo XVI, por convertirse en uno de los lugares más importantes y especializados en la fabricación de marcos, con unos diseños bastante recargados, acorde con el estilo de ostentosidad de la época.
En los siglos venideros, la cultura del enmarcado a medida va evolucionando y extendiéndose.
En los grandes imperios como España y Gran Bretaña y también en otras zonas de Europa como Italia y Países Bajos, se comenzaron a utilizar marcos manieristas que se caracterizaban por incorporar unos recargados elementos escultóricos o arquitectónicos.
Pero fue en otro gran imperio y otra gran cuna del arte como es Francia, donde se diseñaron marcos de corte aristocrático muy elegantes que luego sirvieron de referencia para marcar las tendencias en años posteriores.
Luis XIII, el rey de los marcos
En el periodo de reinado de este rey francés interesado por la música y el dibujo y quizás influenciado por su madre María de Médici que era una gran coleccionista y mecenas de arte, la corte francesa se alimentó de las influencias italianas.
Creando su estilo propio, las enmarcaciones galas disponían de un carácter particular que destacaba por el empleo de unas líneas planas sin excesivo grosor, donde los tallados pasaron a ser más profundos y elaborados, creando piezas únicas y elegantes, con un carácter más sofisticado que en otras cortes europeas.
Ya en el siglo XVIII, en la corte francesa el
marco se separó por completo de las pinturas y tomó un carácter propio, pasando de ser un complemento a ser un
importante elemento decorativo. Todo era susceptible de ser
enmarcado:
pinturas, espejos, tapices, invitaciones de la corte y cualquier otro elemento de recuerdo.
El siglo XIX y la producción en serie
Con la Revolución Industrial, el enmarcado se convierte en un procedimiento mecánico. Empieza a considerarse innecesario que cada obra precisara de un tratamiento concreto e individualizado. De esta forma, la utilización de yeso empleado para la enmarcación en épocas anteriores se elimina por completo y la madera pasa a ser única protagonista de un cuadro, ya que es un elemento más fácil de trabajar para una producción en serie.
En esta época el estilo comienza a cambiar, y donde antes se buscaba lo recargado y ostentoso, con grandes flores y entramados así como colores que insinuaban riqueza y lujo, ahora los artistas impresionistas se decantan por unos marcos más neutros y se deja de trabajar el color dorado y las piezas esculpidas.
En esta época muchos artistas eligieron el color blanco para la enmarcación de sus obras y otros incluso pintaron los marcos en los mismos tonos que la obra central, integrándolos en un todo que volvía a centrarse en el lienzo.
Desde el comienzo en Grecia y Roma pasando por los retablos, marcos cassetta, manieristas, barrocos, o neoclásicos, el marco ha ido siempre unido a las obras de arte, siendo un artículo de lujo no al alcance de muchos, y que ha servido para complementar a las obras pero en otras ocasiones ha brillado con luz propia con una esencia siempre dirigida al lujo y la riqueza.
Hoy día, en lo que arte se refiere, el marco es un complemento que puede cambiarse y que debe integrarse con la pintura viéndose pero sin ser el protagonista.
Somos nosotros quienes escribimos la historia y quienes marcamos las tendencias y estilos que se establecen en el tiempo.
En nuestro siglo el gusto por la decoración está cobrando cada vez más importancia y buscamos adornar una casa en una equilibrada combinación de comodidad y buen gusto donde los cuadros y las enmarcaciones le darán un toque de elegancia y personalidad a tu hogar. Una fotografía especial, un recuerdo de unas vacaciones inolvidables, una lámina de aquella ciudad que te marcó, un gran espejo con molduras que agrande el salón y le de personalidad, así como un espejo vestidor que aporte un toque elegante en nuestro dormitorio. Cualquier elemento es válido para enmarcar, para guardar recuerdos y por supuesto para decorar tu hogar dándole un toque único y particular.